Un mapita que hice este verano a la vuelta de nuestras vacaciones por Asturias.
Asturias es uno de mis lugares favoritos para perderme en verano. A riesgo de ponerme cursi, me gusta pensar que es donde nacieron el verde y el azul.
Una de las cosas que más me gustó esta vez fue descubrir el pueblo de Cueves, al que se accede por una carretera que literalmente atraviesa una cueva llamada La Cuevona. Hicimos con unos amigos la Ruta de los Molinos, que empieza justo al otro lado de la estación de FEVE y continúa un trecho paralela a la vía del tren, y luego al cauce del río. Pasamos por una plantación de kiwis (qué cosas se ven en Asturias, quién lo hubiera imaginado!) y los niños colocaron monedas en las vías para recogerlas a la vuelta aplastadas por el tren. Fue una tarde estupenda. Si os gustan los bosques y además, como me pasa a mí, tenéis predilección por las estaciones "a la antigua", os recomiendo pasear una tarde, o mejor perderos un día en Cueves.