Por sus callejuelas empinadas y sus avenidas anchas y francesas.
Por los pasteis de natas
Por los tranvias
Por las librerias inabarcables con horarios interminables
Por la estatua de la plaza de Chiado que reconocí por ser el avatar de un seguidor del blog de Niñocactus (
Borrón y cuento nuevo)
Por el olor a mar domesticado que sube desde la Praça do Comercio
Porque parece que estuvieras jugando a la oca, yendo "De puente a puente y tirando porque te lleva la corriente"
Por los cafés (con pasteis de natas)
Porque me encanta perderme por el Bairro Alto y jugar al escondite con el mar.
Porque está cerca de las dunas salvajes de Praia do Guincho, donde los surferos le hacen cosquillas al Atlántico
Por los restaurantes en las escalinatas camino de la Praza do Carmo
Porque le han robado al Tajo el azul para pintar sus paredes
Por tener las farolas más originales que he visto en ninguna ciudad
Por el acento meloso que resuena en sus calles
Por los colores extraterrestres de las playas de Caparica