Este mes no he tenido tiempo, lo reconozco, pero, a última hora, se me ha encendido la bombilla y he enviado esta foto a La vuelta al mundo. El reto era precioso, qué boba soy por desperdiciarlo... Algo sobre mí, sobre lo que me gusta. !Cuántas, cuantísimas posibilidades! Bueno, como todos los meses, en el blog de Jackie podéis ver las maravillas de los que de verdad se han esforzado este mes con la cámara.
Hace tiempo, en uno de mis anteriores trabajos, una amiga nos enviaba a todos un correo especialmente bonito todos los viernes. Le cogí prestada la costumbre y desde entonces, de vez en cuando les hago a mis amigos un regalito de viernes. Este es el de hoy, aunque ya casi estemos a sábado. Espero que os guste. Lo he descubierto por casualidad.
Como dice alguien que conozco... reptulador (me encanta) y papel de origami.
Tengo que probar más esto, el resultado me gusta bastante.
Por cierto, en un reciente viaje a Valladolid, me dí un capricho: En la librería Oletum encontré de casualidad "Adelaide, the flying kangaroo", de Tomi Ungerer. Fue un flechazo a primera vista. ¿Cómo no iba a serlo? Juzgad por vosotros mismos: Aquí podéis ver algunas de sus maravillosas ilustraciones. Me encanta el uso de tres, cuatro colores en todo el libro. Hace que los dibujos cobren importancia y ganen en simplicidad. Tal vez este libro me animó a probar a hacer esta ilustración en dos, tres colores nada más. A ver si se me pega algo, ya de paso.
He contado con la ayuda de Aurora en este proyectillo. Aquí podéis leer más (GRACIAS, Aurora!). Prometo contaros más detalles cuando el proyecto esté entregado, por ahora, para abrir boca os dejo unos bocetos para que veáis lo que tengo entre manos. Espero que os guste.
Este es un primer boceto:
Y esto es lo que salió después de pasar por el "túnel de lavado" de color (aunque todavía sin terminar):
Gracias a una persona cercana hace unos años tuve la suerte de conocer el trabajo de la ONG Agua de coco. Ella y su familia entera pertenecen a esa clase de personas valientes que, sin pensarlo demasiado, deciden entregar un poco (un mucho diría yo) de su tiempo a los demás. Vaya por delante mi admiración a todas estas personas. Ojalá todos tuviéramos esa determinación, voluntad y generosidad.
Aunque Agua de Coco empezó en Camboya, ahora mismo muchos de los proyectos de desarrollo tienen lugar en Madagascar, donde han creado, en colaboración con la ONG francesa Bel Avenir, el grupo de música Malagasy Gospel, así como la batucada Bloco Malagasy. Aquí podéis ver un par de ejemplos, este primer video es de hace mucho tiempo, pero la canción me parece tan bonita que no he podido resistirme a compartirla con vosotros.
Aquí podéis verles, ya en "plan profesional" pero igual de buenos:
Y este otro es genial, del grupo de tambores Bloco Malagasy. Este verano pudimos verles en directo y fue increíble, ritmo puro y alegría de vivir por los cuatro costados:
Como comentó el presentador del concierto, cada una de estas niñas, cada niño carga con una historia tremenda a sus espaldas. Con la ayuda de Agua de coco, esas historias pueden transformarse en historias de esperanza.
Pues bien, gracias a esta querida voluntaria que conozco, ha surgido una pequeña colaboración con Agua de coco. Ya os contaré más detalles cuando esté terminado, pero por si queréis echarle un vistazo, en las próximas entradas os enseñaré lo que tengo ahora mismo entre manos.
Unos merengues que hice con las claras que sobraron después de preparar crema de castañas:
La calle Princesa de Madrid, preciosa, ¿verdad?
La Puerta de Alcalá también está de Navidad:
Preparando mis felicitaciones...
Me encanta preparar cada tarjeta y pensar en los destinatarios mientras escribo. Hay algo mágico en recibir una carta, una postal, una felicitación por correo.
Otro atasco, este entre la Puerta de Alcalá y Cibeles:
La calle Gran Vía, justo antes de llegar a Callao:
Y esto es la calle Alcalá, a la altura del Círculo de Bellas Artes. El día que la hice, subimos a la azotea del Circulo, os lo recomiendo si pasáis por Madrid, las vistas son espectaculares, ya colgaré alguna más de las pocas fotos que logré hacer (pocas, sí, me quedé sin batería nada más llegar arriba).
