martes, 12 de febrero de 2013

El derecho a elegir la ropa

Cuando era pequeña, recuerdo lo tiquismiquis que era a la hora de vestirme, en especial en invierno. Todo me picaba. De nada servía que mi madre recorriera todas las tiendas buscando los jerseys más suaves... No había nada que hacer. -!Picaaaa!-gritaba yo. Y no había manera de que me lo pusiera. 
En el fondo, creo que el problema era que yo quería vestirme a mi manera (hecha un adefesio, pero un adefesio elegido por mí). 
Este es otro de los dibujos que hice para Agua de Coco para ilustrar "El derecho a elegir la ropa". Uno de los "derechos trampa". Pero a mí me habría encantado que fuera un derecho de verdad. ¿Alguien más por aquí soportó de pequeña aquellas braguitas de ganchillo que se clavaban al sentarse como si fueran las de un faquir?



3 comentarios:

Simprisa dijo...

Ja,ja,ja, qué gracia me hace, Almu.
Te imagino perfectamente y me traes recuerdos vivísimos de infancia, porque a mi hermana le pasaba exactamente lo mismo, y yo no me explicaba cómo le podía picar todo tanto! Has provocado mi primera sonrisa del día. Muchas gracias!!

Yvonne dijo...

What I remember most about dressing when I was younger, were the days when I DID choose my own clothes, and my mother actually hated walking with me because she didn't approve ;) I love these dresses - are they dresses? I'd wear them as dresses, with boots :D The red one with the flower - and the black one with the skull, especially for my 4-yr-old son who loves skulls ;)

Yvonne dijo...

Oh, & I'd wear the one with the skull to annoy my mother all over again, too ;) Haha :)